Lo que hemos aprendido...

 

Viajar...

Viajar pone ante ti un escenario con diferentes maneras de adaptarte a nuestro tiempo y a nuestro espacio. Te enseña a ser más humilde. Te abre la mente y te incentiva a buscar respuestas. Viajar te invita a imaginar espacios diferentes en un mismo instante. Te ofrece una ventana más donde asomarte en tu día a día, a modo de nueva dimensión, que te permite valorar lo que ocurre desde otra perspectiva, la de haber estado allí, y ver donde otros no ven.

Viajar te muestra que infinitas historias se cruzan cada día en cada rincón del mundo, impasibles a los problemas de cada uno, guiadas por la magia del azar. Viajar te hace comprobar que aunque con diferentes fenotipos, existe un idioma universal similar en nuestras respuestas a los diferentes estímulos.

La felicidad...

Viajar te ayuda a comprender que existe otra relatividad del tiempo, con permiso de aquel ingenioso y admirado físico despeinado, que no depende de la fuerza de la gravedad, sino del nivel de necesidad basal de cada pueblo, en directa relación con la felicidad de su gente. Y es que pienso que la sensación de felicidad va ligada en gran medida a la gestión que hacemos del tiempo.

Hay lugares donde no existen las prisas, porque en ellos no importa el cuándo, sino el cómo. No renta el pensar si me va a dar tiempo, sino el saber si puedo hacerlo. En los lugares que he visitado en los que se da esa circunstancia, la gente impresiona de ser más feliz. Y es gente que necesita poco.

La humildad...

Esa felicidad parece directamente proporcional al nivel de humildad con el que vive cada pueblo. No pobreza, sino humildad (aunque a veces tiendan una a la otra). Quizás la diferencia entre la felicidad de unos con respecto a otros pueda ser la gestión de esa humildad.

En nuestra sociedad y en las más "evolucionadas" en general, estamos perdiendo humildad. El avance la camufla. Nos creemos superiores, capaces de crear un nuevo orden. Nos empeñamos en subdividirlo todo, sin límite, con un organigrama artificial que nos da tranquilidad pero nos quita libertad... y nos roba tiempo. Nos hace esclavos. Y creo que un pueblo empieza a ser menos humilde cuando deja de entender que para llegar al orden se necesita reconocer y aceptar el caos. Empleamos mucha más energía en ordenar que en desordenar. Por eso los sistemas orgánicos tienden al desorden, a la entropía. Es lo natural, lo rentable. Obtenemos energía al crear desorden, al romper, al deshacer. Es lo que nos ha llevado a existir.

Pero nos empeñamos en pegar siempre los trozos del plato que se rompe, sin entender que a veces, en la natulareza que nos hace humanos, los platos tienen que estar rotos, porque son el paso intermedio a otro estado más estable, más ordenado.

El extraordinario y puro orden de la naturaleza, en el que la razón aún no ha superado al instinto, sigue un camino único, sin miedo al error, diferente al que queremos inventar, alejado de las prisas, basado en múltiples pérdidas de estabilidad que confieren un entorno favorablemente estable, pero en continuo cambio. Un error... un cambio. Un acierto... algo que permanece. Es un orden que parte de múltiples y pequeños desórdenes.

Pero me da la impresión que en sociedades más "avanzadas" nos empeñamos en minimizar el caos, porque nuestra pérdida de humildad nos impide reconocer los errores. Nos da miedo el daño que produce equivocarnos, y simplemente los guardamos en un nuevo cajón y los disfrazamos de ordenados, y seguimos sumando fallos que no han servido para superarnos, sino para hacernos más débiles. Un puro engaño a nuestra mente. Pero somos muy conscientes de ello.

La comodidad...

Creo que el motivo de por qué lo hacemos está en el egoísmo que engendra el poder de unos sobre otros, que es lo que otorga el placer de la comodidad. Todos podemos y queremos adquirir ese poder en mayor o menor medida. Es una necesidad que nos creamos cuando las básicas están cubiertas. Pequeños golpes de estado a la inocencia de lo humilde.

En la naturaleza, y en las sociedades humanas menos corrompidas, impera el bien común por encima del individuo. Pero conforme el ser humano avanza en su confort, va adquiriendo capacidad de manipular (poder económico, político, social...), para seguir ganando más confort, y va invirtiendo el orden anteponiendo al individuo frente al grupo, y sigue acumulando errores.

En definitiva, pienso que hay múltiples espacios y múltiples tiempos, relativos a la felicidad de cada uno, directamente relacionada con la humildad, la cual se mantiene mientras existe la necesidad de aprender de nuestros errores, y va desapareciendo conforme la comodidad y el confort nos invaden.

La solución...

Tal vez la solución pase por ser conscientes de ello. Y creo que viajar puede ayudar, porque invita a transportarte en el tiempo a otras épocas, y te regala la oportunidad de observar comportamientos y actitudes humanas moldeados por necesidades diferentes. Y es común observar que en todos aquellos sitios donde la amenaza del dinero, y por tanto la comodidad, no ha llegado de forma tan demoledora, la gente sonríe más, y se ayuda más, enlenteciendo relativamente su tiempo a nuestro entender. Porque en esos lugares se corre menos. Y es que no tiene prisa quien no es esclavo del tiempo.

Viajar es vivir, sentir, volver a la vida con cada nueva historia. Viajar es sentirse parte activa de un mundo en el que diariamente hay personas de múltiples rincones, con sus historias, que un día dejarán de existir, pero que hoy, con sus tiempos y sus espacios construyen nuestro mundo, marcando nuevos rumbos, sumando errores y repartiendo energía constructiva con sus fallos, aprovechando sus experiencias para cultivar una esencia que les hará mejores. En definitiva, viajar nos hace más felices que aquellos que aún no se dieron cuenta que lo importante en la vida no es rebosar comodidad, sino ser humilde; es decir, saber escoger libre y voluntariamente cuándo ser más simple.

Cierra los ojos, abre tu mente. No cojas nada. Sólo deja atrás cualquier miedo a equivocarte. Vamos, todos el tren... se cierran las puertas... a toda máquina... comienza el reto!!